Preparar la ganache: picar el chocolate con un cuchillo y recogerlo en un bol.
Calentar la nata llevándola al límite de ebullición e inmediatamente verterla sobre el chocolate, removiendo con un batidor de mano hasta obtener una crema suave y brillante.
Licuar la pulpa de los caquis para obtener una crema suave.
Poner la ganache tibia en el congelador a enfriar bien y, mientras tanto, preparar la base del bizcocho.
Con un batidor eléctrico, batir las yemas de huevo junto con el azúcar durante al menos 10 minutos hasta obtener una espuma hinchada y suave.
Agregar los caquis y mezcle a velocidad baja.
Picar finamente las nueces hasta convertirlas en harina.
Añádirlas a la masa del bizcocho y agregar tambien la harina, el cacao y la levadura, poco a poco y siempre batiendo con el batidor a velocidad mínima.
Retirar la ganache y bátirla con un batidor eléctrico hasta que esté espumosa.
Agrégarla suavemente a la masa.
Batir las 3 claras de huevo hasta que estén firmes y añadirlas a la masa con movimientos suaves de abajo hacia arriba.
Encender el horno a 170 °C.
Engrasar y enharinar un molde de 22 cm, verter la masa en él, nivelar bien y cocinar durante 65 - 70 minutos (la prueba del palillo es necesaria).
Dejar que el pastel se enfríe, luego détle la vuelta sobre un plato para servir de modo que la base plana quede en la parte superior.
Preparar el glaseado derritiendo los ingredientes a baño maría.
Untar el bizcocho con el glaseado, decorar con las nueces y el chocolate picado en el centro.
¡Dejar que el glaseado se endurece (tardará un par de horas) y disfrutar!